EL PARTO:
CONDICIONES AMBIENTALES:
El parto ha de desarrollarse en condiciones de tranquilidad. El cuidador no intervendrá si ve que la madre se encuentra en el nidal en la fecha prevista. Muy raramente el parto de la coneja necesita del auxilio del cuidador; éste lo único que hace es constatar el hecho.
CONTROLES NECESARIOS:
Es indispensable contar el número de gazapos que hay en el nidal desde el primer día. Esta operación es sencilla y sin riesgos para los gazapos, siempre que ellos sean manipulados suavemente. Es recomendable para esta operación el hacer salir del nidal a la madre. Si en las respectivas inspecciones que se deben realizar se encuentra con algún gazapo muerto, se ha de retirar, y si hace falta, se reagruparán los gazapos en el lugar opuesto a la entrada de la madre al nidal. Igualmente se podrán eliminar aquellos animales con evidente retraso en el crecimiento. Después de todas estas intervenciones, el cuidador se asegurará de que el nido se encuentra bien protegido y con cama suficiente, y si es necesario se renovará; si hace falta, se podrá traer pelo de otro nidal. La mortalidad en este primer período dependerá en gran parte de contar con la adecuada temperatura. Habrá que controlar el nidal todos los días hasta que pasen los primeros veintiún días.
POSIBLES ACCIDENTES:
El parto puede tener lugar fuera del nido, en el enrejillado. Puede que sea debido a un rechazo del nido por parte de la madre, como consecuencia de malos olores, ser poco accesible (o nada), si la madre ha sido molestada durante el parto, y especialmente si es primeriza. En este caso puede considerarse como perdida la camada. Si el nidal ha sido preparado por la madre, pero el parto ha tenido lugar fuera de él hace muy poco tiempo, el cuidador puede pasar los gazapos al nidal, ya que todavía están calientes.
El canibalismo: La madre mata a sus hijos y se los come. La falta de agua es la causa más frecuente, siendo lo más probable que ésto sea debido a una obstrucción del bebedero, por lo que hay que controlar constantemente su funcionamiento. Si ésto no ha sido el motivo y el fenómeno vuelve a aparecer, hay que eliminar a la madre, en el caso de que éste sea un caso aislado. Cuando se presentan ya varios casos, el criador debe repasar con mucho cuidado, todas y cada una de las características que deben existir en el buen funcionamiento de la reproducción, que han sido expuestas al principio de este capítulo.
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